domingo, 29 de marzo de 2009

GENERALIDADES

Los primeros auxilios son los cuidados inmediatos, adecuados y provisionales que pueden brindarse a un lesionado en el lugar donde ocurre el accidente, incluyen una evaluación primaria del grado de la lesión y una intervención temporal mientras el lesionado es trasladado a un centro asistencial, teniendo esto en cuenta, los primeros auxilios podrían ser administrados por cualquier persona y van en caminados a ser temporales. No obstante, es importante que antes de adquirir cualquier noción de primeros auxilios se entienda que el propósito es tratar de brindar una ayuda inmediata y adecuada, y esto incluye conocer el número de emergencia local, que en el caso de Bogota es el 125.

Los principios básicos a tener en cuenta al aplicar los primeros auxilios son:

· Llamar a un médico o a una ambulancia; al numero de emergencias de la EPS correspondiente o al 125.

· Mantenerse tranquilo y sereno.

· Inspirar confianza

· Determine posibles peligros en el lugar del accidente y ubique a la víctima en un lugar seguro, proporcionando seguridad emocional y física.

· Alejar a los curiosos; además de viciar al ambiente con sus comentarios pueden inquietar más al lesionado.

· Aflojar la ropa apretada.

· Dar siempre prioridad a las lesiones que pongan en peligro la vida tales como:

a. hemorragias,

b. ausencia de pulso y/o respiración,

c. envenenamiento y

d. conmoción o shock

· Examinar al lesionado; revisar si tiene pulso, si respira y cómo lo hace, si el conducto respiratorio (nariz o boca) no está obstruido por secreciones, la lengua u objetos extraños; observar si sangra, si tiene movimientos convulsivos, entre otros. Si está consciente interrógarlo sobre las molestias que pueda tener. El pulso se puede tomar fácilmente en la arteria radial de la muñeca, (o en la arteria carotida en el cuello). Con las yemas de los dedos índice y corazón, localice el área en la muñeca junto al tendón extensor del pulgar (aproximadamente 2cm arriba de la muñeca ). No apriete tanto que obstruya el flujo, no utilice el pulgar porque su propio pulso alteraría la medición. Cuente las pulsaciones durante 15 segundos y multiplique por 4. (60-80 adultos, 100-120 niños y 140 recién nacidos).

· Colocar al paciente en posición cómoda, no darle nada de comer o beber, prevenir el shock manteniéndolo abrigado y si es necesario colocando un cojín bajo sus piernas. En caso de vómito, sangrado por boca o nariz o secreciones colocar la cabeza a un lado.

· No levantar a la persona a menos que sea estrictamente necesario, si es así tratar de inmovilizar lo más posible el cuello y la columna.

· Controlar la hemorragia si la hay, elevando el segmento y haciendo presión.

· Controlar la respiración del herido, contando su frecuencia (15-20 por minuto en el adulto, 26-30 en los niños y 30-40 en recién nacidos)

· No hacer más de lo que sea necesario, hasta que llegue la ayuda profesional.

· Medición del pulso

· Tome nota de los signos y procedimientos realizados, de los datos del paciente y del lugar al cual es trasladado

MANEJO DE LESIONES COMUNES

Reanimación Cardiopulmonar (RCP)

El paro cardiorespiratorio es la interrupción repentina y simultánea de la respiración y el funcionamiento del corazón. En determinadas circunstancias, puede producirse un paro respiratorio y el corazón funcionará durante 3 a 5 minutos, luego sobreviene el paro cardíaco. También puede iniciarse en un paro cardíaco, en cuyo caso, casi simultáneamente se presenta el paro respiratorio.

Causas:

* Paro Respiratorio

* Ataque Cardíaco

* Hipotermia

* Shock

* Traumatismo craneoencefálico o torácico

* Electrocución

* Hemorragia severa

* Deshidratación


Signos y Síntomas:

* Ausencia de pulso y respiración

* Piel pálida, sudorosa y fría, a veces cianótica

(piel de tono azuloso por falta de oxigeno).

* Pérdida de conocimiento

* Pupilas dilatadas parcialmente. A los 2 o 3 minutos, la dilatación es

total y no reaccionan a la luz lo que indica lesión cerebral.


Recomendaciones:

Realizar la RCP es vital para la supervivencia de la persona ante un paro cardiorrespiratorio y las indicaciones generales son:



1) Evaluar el estado de Conciencia. Para esto estimular a la persona táctil y auditivamente, tomándola suavemente de los hombros y preguntándole si se encuentra bien. En caso de no contestar, girarla pero estabilizando previamente la cabeza.


2) Llamar a Urgencias (125 o EPS), pídale a alguien que llame y no deje sola a la persona lesionada.



3) Realizar hiperextensión de las Vías Aéreas. Es decir extienda la cabeza y el cuello suavemente hacia atrás de forma que se abra la boca y favorecer el flujo de aire. Observe el movimiento de tórax, escuche los ruidos respiratorios y sienta si hay salida de aire.

4) Realizar Diagnóstico de Paro Respiratorio si no hay signos respiratorios.

5) Realizar 2 insuflaciones Boca a Boca, primero presione las fosas nasales hasta ocluirlas, luego selle con su boca la del lesionado y exhale directamente retírese y permita que salga el aire por la nariz, hágalo de nuevo.

6) Realizar Diagnóstico de Paro Cardiorrespiratorio, tome el pulso a nivel radial en la muñeca o en la carótida en el cuello, si no percibe el pulso declare el paro e inicie las compresiones para estimular al corazón, continué con las insuflaciones. Para realizar las compresiones entrelace las manos de forma que la palma de una toque el dorso de la otra, ubique el talón del la mano que esta debajo en la mitad inferior del esternón y aplique el peso de su cuerpo con los brazos rectos en movimientos rítmicos hacia abajo.


Aplique cinco compresiones en el pecho y realice una insuflación en la boca. Continué hasta que el paciente se recupere o hasta que halla pulso de nuevo, si se recupera el pulso pero no respira continuar con las insuflaciones, seguir hasta que llegue la ayuda.

Lesiones oesteomúsculares sin heridas

· Esguince o torcedura

Se produce un esguince o torcedura cuando los ligamentos que unen una articulación se rompen o alargan, debido a un movimiento anormal. Como consecuencia la articulación se hincha y los movimientos son muy dolorosos.

Recomendaciones:

· Elevar el segmento afectado y aplicar hielo,

· Vendaje para inmovilizar y evitar la inflamación (no apretar demasiado ni dejarlo muy flojo),

· Acudir a un servicio de salud.

· Fracturas

Una fractura es la rotura de un hueso, pudiendo ser:

§ Abiertas: cuando existe una herida porque el hueso roto ha rasgado la piel y

§ Cerradas: cuando no existe herida.

Las fracturas se reconocen por presencia de dolor intenso, imposibilidad de mover el miembro afectado, deformidad de la forma y hematoma en la zona afectada. Cuando se sospecha que puede haber fractura, debe actuarse como si se tuviera la seguridad de que dicha fractura existe.


Recomendaciones:

§ Inmovilizar el segmento afectado (abarcando las articulaciones superior e inferior a la fractura producida), usando tablillas, cartones, pañuelos, vendas, etc,

§ NO mover la región afectada porque podemos producir complicaciones,

§ NO intentar colocar correctamente los huesos, ya que los fragmentos óseos podrían provocar desgarros,

§ NO colocar las inmovilizaciones demasiado apretadas.

Además en fracturas abiertas:

¨ Si existe hemorragia, intentar pararla. Elevando la parte afectada o presionando la arteria antes de la lesíón, no directamente en ella. En heridas menos graves donde no hay fráctura se puede presionar directamente con una gasa esteril.

¨ Colocar una gasa sobre la herida, lo más limpio posible pero no tratar de limpiarla, teniendo presente que la herida se debe manipular lo menos posible,

¨ NUNCA se deben aplicar sobre la herida productos desinfectantes, ya que podrían dañar el hueso.


· Luxación o dislocación.

Se produce una luxación cuando los huesos que forman una articulación se desplazan de su posición normal. Como consecuencia se produce dolor, inflamación y deformación en la parte afectada, quedando la movilidad de la articulación reducida y anormal.


Recomendaciones:

¨ Inmovilizar la zona afectada,

¨ NUNCA intentar colocar los huesos en su posición normal,

¨ Trasladar urgentemente a un centro de salud.

Heridas abiertas

Los cortes, rozaduras o heridas menores no suelen requerir atención en Urgencias. Es esencial, sin embargo, tratar adecuadamente la infección u otras complicaciones de las mismas. unos sencillos pasos a seguir en el control de heridas menores son:

·No tocar las heridas con las manos, boca o cualquier otro material sin esterilizar. Usar gasa siempre que sea posible. Nunca soplar sobre una herida.


·Parar la hemorragia. Se hace aplicando presión con una gasa o paño estéril, seco o empapado en algún producto hemostático (p.e. agua oxigenada).

·Si el sangrado es persistente y continúa después de varios minutos de ejercer presión sobre la zona, buscar inmediatamente cuidado urgente.

·Mantener la herida limpia. Lavar la zona de la herida con agua y jabón en movimientos hacia afuera, quitando toda suciedad de los bordes de la herida. También se puede aplicar una solución antiséptica local (P.e. Isodine) . A continuación debe cubrirse la herida con un vendaje protector a menos que el corte sea en la cara, en cuyo caso se deja al aire con una simple capa de antiséptico.

·Si la herida parece inflamada, es decir, tumefacta y enrojecida, o si rezuma pus u otros líquidos, consulte con su médico, ya que puede existir una infección que requiera tratamiento adicional.

Para parar una lesión sangrante seria, hay que seguir los siguientes pasos:

b. Acostar a la persona afectada. Si es posible, la cabeza de la persona debe estar ligeramente más abajo que el tronco o las piernas. Esta posición reduce las oportunidades de desmayo, incrementando el flujo sanguíneo al cerebro. Si es posible, elevar el sitio del sangrado; por ejemplo, una mano herida puede ponerse sobre el nivel del corazón para reducir el flujo sanguíneo.


c. Limpiar cuidadosamente la herida que sangra, si es muy profunda o hay fracturas expuestas solo cubrir con material estéril.

d.Si hay hemorragia presionar la arteria con las manos o con un torniquete (como última opción).


e. Mantener presión hasta que pare el sangrado, y cuando éste pare, envolver cuidadosamente la zona sangrante con un vendaje compresivo. (Si no tiene nada a mano, use un simple trapo limpio).

f. Si el sangrado continúa y la sangre se cuela a través de la gasa o del trapo, no moverlo; añadir más material absorbente encima y buscar ayuda médica inmediata.

g. Hay que inmovilizar la parte sangrante una vez que el sangrado ha sido controlado, dejando las vendas en su sitio, y llevando a la persona herida a un servicio de urgencias lo más pronto posible

Sincopes o lipotimias (desmayos)

Las pérdidas de conciencia son un síntoma, y no una enfermedad. Cuando uno se marea sin llegar a desmayarse, los médicos hablan de pre-síncope. En cualquier caso, síncope o presíncope, ocurre que el cerebro no está recibiendo suficiente oxígeno para funcionar bien, en estos casos lo adecuado es acostar a la persona colocándole un cojín bajo las piernas para favorecer el flujo sanguíneo hacia la cabeza y aflojar un poco la ropa que pudiera apretarle (p.e. cinturón, corbatas), posición anti Shock, pueden levantarse incluso los brazos . No obstante, cuando se sospeche de trauma craneoenceaflico con fractura de cráneo no levantar las piernas porque puede aumentar esta lesión al incrementar la presión intracraneana. Otra posición que puede adoptarse cuando la persona manifiesta ademas, nauseas o vomito es de lado para evitar que broncoaspire.

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El síncope es generalmente resultado de un mal funcionamiento del sistema cardiovascular o del sistema nervioso.

Hay muchos problemas cardíacos que pueden producir síncopes. Los más importantes son las arritmias, sobre todo los bloqueos y las taquicardias graves, o ritmos demasiado rápidos, que hacen que el corazón no tenga tiempo de llenarse del todo en cada latido y que no pueda por tanto proporcionar sangre suficiente al cerebro. Un problema de funcionamiento en la válvula que existe a la salida de la arteria más importante del organismo (estenosis aórtica) puede comprometer la llegada de sangre a todos los órganos y ser causa de síncope.


El sistema nervioso vegetativo (o autónomo) controla el bombeo del corazón y la presión en las arterias. Cuando deja de funcionar correctamente por infinidad de razones distintas pueden ocurrir síncopes. Esto incluye al síncope vaso-vagal, con mucho la pérdida de conciencia más frecuente en gente joven, y que consiste en un mareo o desmayo precedido de sudoración fría, náuseas o visión borrosa, que ocurre generalmente por un estímulo psicológico, y que se recupera sin secuelas en pocos segundos.

Hay ciertos medicamentos (p.e: antifúngicos, antihistamínicos, etc...) que pueden alargar la repolarización cardiaca, por ello en personas con ritmos cardiacos lentos (deportistas) deben evitarse durante la realización del ejercicio.

En cualquier caso, si uno ha sufrido uno o más síncopes, hay que consultar al médico, quien decidirá si tiene uno que ser valorado, o no, por un cardiólogo, un neurólogo u otro tipo de especialista. Mientras la persona no recupere completamente el conocimiento no dar nada de beber o comer.

Quemaduras

Las quemaduras pueden ser producidas por el fuego, líquidos calientes, productos cáustico, electricidad y por el sol. Podemos clasificar las quemaduras según su profundidad en:

1. primer grado: muy superficiales (sólo enrojecimiento),

2. Segundo grado: aparecen ampollas en la piel, y

3. Tercer grado: existe destrucción de los tejidos y la piel está carbonizada,

no son dolorosas por que ya se han destruido las terminales nerviosas del dolor.

4. Cuarto grado: Lesión de estructuras profundas.


Actuación en quemaduras de:

Primer grado

1. Refrescar inmediatamente la quemadura con agua a una temperatura de entre 10 y 20 grados centígrados.

2. Beber abundantes líquidos si esta es muy extensa, caso de las producidas por el sol durante el verano.

Segundo grado

Existe peligro de infección si la ampolla revienta al convertirse en una puerta de entrada para los microorganismos. Siempre se ha de lavar la zona afectada con abundante agua durante al menos 5 minutos, posteriormente, según el estado de las ampollas se actuará de una u otra manera.

Ampolla intacta: poner antiséptico sobre ella y cubrir con paño limpio o compresa estéril.

Ampolla rota: tratar como una herida. Lavarse las manos, aplicar antiséptico, recortar con una tijera limpia (a ser posible estéril) la piel muerta e impregnar nuevamente con antiséptico. Colocar una cinta adhesiva o tirita para evitar el dolor y la infección.

Tercer grado

· Apagar las llamas al accidentado, con lo que se tenga a mano: mantas, tierra, o tirándose al suelo y revolcarse,

· Lavar la zona afectada con abundante agua durante al menos 5 minutos,

· NO retirar los restos de ropa,

· NO se deben reventar las ampollas que aparezcan,

· NO dar pomadas de ningún tipo,

· Envolver la parte afectada con un paño limpio, toallas o sábanas, humedecidos en suero, agua oxigenada o agua,

· Trasladar al paciente con urgencia hasta un centro hospitalario.

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La quemadura es el resultado clínico del contacto o exposición del organismo con el calor.

Las quemaduras obedecen a múltiples causas, siendo comúnmente de origen accidental, laboral o domestico, especialmente en niños.

Los principales orígenes son: Fuego, líquidos, químicos, eléctricos y radiaciones. Una rápida y acertada actuación ante un quemado puede salvarle la vida y, en otros casos, mejorar el pronóstico y tiempo de curación del traumatismo térmico. Conociendo adecuadamente la etiología y la fisiopatología del quemado podremos estar en capacidad de hacer un tratamiento preventivo de las múltiples complicaciones y secuelas que pueden presentarse en estos pacientes.

La piel es el órgano más extenso del cuerpo, con un espesor que varía entre 1-3 milímetros y es una barrera impermeable que también contribuye a la termorregulación. Se compone de dos capas: epidermis y dermis. La primera es la más externa; la segunda contienen tejido conjuntivo, vasos sanguíneos que aportan los nutrientes para la epidermis, folículos pilosos, glándulas sebáceas y sudoríparas y fibras nerviosas periféricas transmisoras del dolor. Precisamente estas fibras son las que se estimulan en las quemaduras superficiales, transmitiendo al cerebro la sensación dolorosa intensa que se produce y las que se destruyen cuando la quemadura es profunda, desapareciendo por tanto dicha sensación dolorosa.

Como en el caso de todos los pacientes traumatizados, las prioridades son mantener la permeabilidad de la vía aérea, asegurar el intercambio de gases y restaurar el volumen intravascular(asegurar la respiración e hidratación). Una prioridad adicional en pacientes con lesiones térmicas evidentes es detener el proceso de la quemadura, representada por la eliminación de los vestidos, en particular los de fibras sintéticas, que pueden continuar ardiendo durante prolongados períodos de tiempo después de haberse extinguido las llamas.

Valoración:

Se realiza en base a dos parámetros:

o Extensión de la superficie corporal quemada y

o Grado de profundidad de la quemadura.

Extension: Es el primer factor a considerar en la valoración de la severidad de una quemadura. Para calcularla, se utiliza como método más sencillo la regla de los nueve de Wallace, según la cual se divide la superficie corporal del adulto en 11 áreas, cada una de las cuales supone el 9%, o un porcentaje múltiplo de nueve, con relación a la superficie corporal total. De esta forma se estima que:

Cabeza y cuello: son, aproximadamente, un 9%

Cada extremidad superior: 9%

Cara anterior de tórax y abdomen: 18%

Espalda y nalgas: 18%

Cada extremidad inferior: 18%

Genitales: l%

En el niño la proporción es distinta y sé le otorga a la cabeza un 18% y a cada extremidad inferior un 13%, siendo el resto igual. Puede ayudar, en determinados momentos, saber que la palma de la mano supone un 1% de la superficie corporal total.

Profundidad: Directamente relacionada con la temperatura del agente y el tiempo de duración del contacto. Se clasifican generalmente, en primer, segundo o tercer grado, de acuerdo con la profundidad de tejido destruido.

· Primer grado: destruye solamente la epidermis y se expresa, típicamente, por un eritema que palidece a la presión, es dolorosa y no se asocia con evidencia de desgarro de la piel ni formación de ampollas.

· Segundo grado: destruye la epidermis y un espesor mayor o menor de la dermis; se subdividen en dos grados, superficial o profundo. Su aspecto es rosado o rojo, con presencia de vesiculación de contenido plasmático y tienden a una epitelización espontánea. Son dolorosas.

· Tercer grado: destruyen todo el espesor de la piel y, salvo que sean muy pequeñas, no tienen posibilidad de epitelización espontánea. Su aspecto es pálido y se aprecian pequeños vasos coagulados. Son indoloras y no palidecen por la presión.

En caso de duda entre el 2 y 3 grado, en las primeras existe dolor intenso y en las otras anestesia local, por destrucción de las fibras sensitivas.

Para la evaluación de una quemadura también entran en juego otros factores como la edad, el agente causante o zonas especiales, entre ellas la cara, los pliegues, las manos y los genitales.


Dependiendo de la localización, profundidad y extensión se hace el pronóstico:

- Quemadura grave:

Hasta 25% de superficie corporal total (SCT) de grados

2 o 3 grado, en edades de 0 a 14 años.

Hasta 35% de SCT de 2 y 3 grado, en adultos.

Quemaduras pequeñas con: lesiones por inhalación, lesiones significativas preexistentes, enfermedades

previas significativas, quemaduras profundas que afecten a cara, ojos, periné, mano y pie.

- Quemadura moderada:

Entre 15 y 25% de SCT de 2 grado, en edades hasta los 14 años.

Entre 20 y 31% de SCT de 2 y 3 grado, en adultos.

Quemadura pequeña por alto voltaje.

Quemaduras térmicas o químicas limitadas al ojo.

- Quemadura leve:

Hasta 15% de SCT de 2 grado, superficial hasta los 14 años.

Hasta 10% de SCT de 2º grado, profundo y hasta 20% de SCT de 2 grado superficial en adultos.

Una vez calculada la extensión, profundidad, localización, zonas especiales y algunos aspectos importantes dentro de la localización; como quemaduras circulares de las extremidades, quemaduras faciales con compromiso de mucosa nasal u oral, se llega al diagnóstico definitivo de la lesión anotando:

§ Quemadura grado II o grado III.

§ Agente causante.

§ Localización: cara, cuello, tórax, extremidades.

§ Zonas especiales.

§ Riesgo de quemaduras respiratorias.

§ Lesiones asociadas como fracturas, trauma, etc.

El pronóstico vital de un quemado se refiere a la posibilidad de supervivencia y está directamente relacionado con la extensión y profundidad de la quemadura. El pronóstico de secuelas está principalmente relacionado con la localización de las quemaduras, por ejemplo, secuelas en cara, manos y pliegues, son más incapacitantes que retracciones o bridas localizadas en otras zonas corporales.

Soporte Vital

El tratamiento inmediato del quemado es muy similar al que se realiza con el paciente politraumático, aunque con algunas peculiaridades que es importante conocer ya que son totalmente específicas de este tipo de pacientes. Lo primero que tenemos que hacer es parar el proceso de la quemadura, se evacuará al paciente del lugar del siniestro, controlando todos los restos de llamas que existan en sus ropas, procediendo inmediatamente a desvestirlo. Aplicaremos agua sobre la superficie quemada, limitándose al empleo de agua fría a pequeñas áreas durante periodos de tiempo no superiores a 5 o 10 minutos para evitar la hipotermia. A continuación manejaremos al paciente como cualquier otro politraumatizado, evaluaremos la vía aérea y su estatus ventilatorio. Buscaremos signos clínicos de obstrucción de la vía aérea y/o de quemadura inhalatoria, ya que el retraso en su detección hace que el manejo de la vía aérea sea muy difícil o, a veces, imposible. A todo paciente con quemaduras extensas o que se asuma que haya inhalado "humos" se le administrará FiO2 45%. Si el paciente presenta pérdida de vello nasal, quemaduras faciales, de la úvula, orofaríngeas, de la vía aérea superior y ha sido encontrado en área cerrada se entenderá que ha sufrido inhalación.

En cualquier persona con quemaduras extensas, que interesen el 30% de su superficie corporal total, se establecerán inmediatamente medidas de soporte hemodinámico. Se eligirán venas periféricas de calibre grueso en las extremidades superiores, incluso si están afectados. Una medida prudente es la colocación de una sonda vesical para medir la diuresis horaria y detectar la presencia de mioglobina o hemoglobina en la orina.


La fluidoterapia se basa en la administración de solución Ringer-Lactato a ritmo rápido, puesto que la pérdida de la cubierta cutánea desequilibra el medio interno produciendo una gran pérdida de plasma, agua y electrolitos.

Otro aspecto fundamental es la analgesia y en ocasiones sedación según la valoración inicial. Se administra generalmente Meperidira o Morfina siempre por vía parenteral. Xeperidina 1 amp. de 100 mgr diluida hasta alcanzar 10 cc. Aplicar 20-30 mgr I.V. hasta control del dolor, si es necesario repetir 2 o 3 bolos. También se puede utilizar 1-3 mgr de Morfina I.V, que generalmente produce analgesia y sedación. Si es necesaria una mayor sedación se puede administrar Diazepan 2-3 mgr I.V. en pacientes muy ansiosos.

Evacuación del foco térmico

Parar el proceso de la quemadura

Desvestirlo

Agua fría durante 5-10 min. (apósitos húmedos)

Ringer-lactato a perfusion rápida

Oxigeno 45% si precisa

Analgesia / sedacion si es necesario


En quemados con afectación de más del 20% de su extensión corporal debe prevenirse la presencia del shock.